11. Activismo desideologizado para calar en los ‘Z’: Xirimiri

Xirimiri es una asociación juvenil creada en Navarra para dar respuesta a los retos que plantea la actualidad, potenciando el talento joven y local y uniéndolo con agentes sociales como instituciones, entidades sin ánimo de lucro y empresas.

Xirimiri Nafarroa Navarra

Amaya Vizmanos, Paula Vera Arrasate y Andrea Sánchez Sarrías, han creado una organización de talento jóven que pretende convertirse en «referente» de la ‘Generación Z’ a través de proyectos formativos, sesiones de motivación, visitas a empresas, desarrollo de habilidades profesionales, etc. Un proyecto que ‘pinta TEAL’ y se sitúa al margen de cualquier ideología; «aunque cada quien tenga sus ilusiones y proyectos, nuestras necesidades son las mismas», remarcan sus promotoras…

Desde su fundación, Navarra Capital se hace eco de sus actividades y a través de El Mundo Empresarial contribuimos a divulgar sus interesantes artículos de opinión, que persiguen fomentar los valores, el pensamiento crítico y el trabajo en equipo, creando una red que conecte a personas inquietas para promover y emprender iniciativas y proyectos que impulsen el desarrollo social.

El mismo bar que Amaya Vizmanos frecuentaba durante los ‘juevintxos’ se convirtió, sin esperarlo, en otra de las tantas oficinas improvisadas que tiene repartidas por distintos establecimientos de Pamplona. Una llamada, el pasado mes de mayo, cambiaría sus planes para el verano. Tras haber puesto en marcha @Yoteayudoconlasele, un proyecto cuyo objetivo era apoyar a estudiantes que se preparaban para la EvAU y que consiguió más de 23.000 seguidores en Instagram, el Ayuntamiento de Pamplona se puso en contacto con ella; quería que organizara unos campamentos urbanos para jóvenes y enseguida animó a dos amigas, Paula Vera y Andrea Sánchez, pra que se sumaran a la iniciativa. Y, el 1 de junio, mantuvieron una primera reunión con Fernando Aranguren, concejal especial de Deporte y Juventud. Del primer encuentro no recuerdan “un enfoque claro”, pero sí las ganas de crear algo nuevo “que mereciera la pena”.

Así, después de un fin de semana “lleno de postits”, nació Xirimiri: El nombre responde a una palabra “súper local” que, además, transmite cómo “gota a gota, las cosas calan…”

Amaya Vizmanos
“Hace mucho daño que la población esté tan dividida y eso es algo que las tres teníamos un poco sangrante…”

Desde hacía un tiempo, Vizmanos venía percibiendo que el activismo en Pamplona estaba “muy ideologizado” y sentía que faltaba transparencia: “Hace mucho daño que la población esté tan dividida y eso es algo que las tres teníamos un poco sangrante”. Con la irrupción del coronavirus, sintieron que la necesidad de“agrupar a todos” los jóvenes de su generación se hacía más evidente que nunca. “De otra manera, saldríamos perdiendo -asume Sánchez. Porque aunque cada uno tenga sus ilusiones y proyectos, a todos nos preocupa y nos motiva lo mismo. A la hora de la verdad, las necesidades son las mismas”.

Con las ganas llegaron también las dificultades. “Nos lanzamos a la piscina y no teníamos ni idea de hacer nada”, confiesa Vizmanos. Certificado digital, registro en Hacienda, NIF provisional, NIF definitivo, pedir los estatutos… Sánchez explica cómo fue toparse con la burocracia por primera vez y las trabas que superaron para constituir Xirimiri: “Como asociación necesitas tener un montón de papeles que dicen que existes y puedes empezar a andar. Todo eso parece una tontería, pero los correos de la Administración Pública nos llegaban un mes más tarde”.

Aun así, se estrenaron a tiempo. El 24 de agosto de 2020, tras abrir una cuenta bancaria de la asociación, inauguraron la primera edición del ‘Xirimiri Lab’, compuesta por cuatro jornadas intensivas de formación. Precisamente, esos días sirvieron para empezar a materializar uno de los objetivos sobre los que pivota la iniciativa: el de acercar la universidad al mundo laboral“No es que la universidad viva separada de la realidad, pero sí falta aplicabilidad de los contenidos”, opina Sánchez. Las sesiones que se impartieron versaron, entre otros temas, sobre las llamadas ‘habilidades blandas’ o soft skills, que integran componentes como la inteligencia emocional, el trabajo en equipo y el liderazgo.

Que no leen, que son perezosos, que son hipersensibles, que no respetan a la autoridad, que se pasan todo el día viendo el móvil… Vizmanos, Sánchez y Vera, todas menores 22 años y estudiantes de Derecho y ADEEconomía y Estudios Internacionales y grado LEINN respectivamente, son conscientes de la imagen que a menudo se traslada de la juventud. Sin embargo, también han sentido el respaldo de distintas entidades y organizaciones en los últimos meses, que las han apoyado “en todo momento”. Aunque Xirimiri se presenta como un proyecto “de jóvenes para jóvenes”, plantea que el componente intergeneracional puede beneficiar a todas las partes involucradas. En lugar de alimentar una guerra entre la ‘Generación Z’ y los boomers, por ejemplo, Vera explica que este proyecto quiere “nutrirse de la ‘expertise’” de profesionales con trayectoria para juntarla “con las ganas de hacer algo chulo”.


PARO JUVENIL

El entusiasmo las acompaña, pero los datos no. La crisis del coronavirus ha tocado todos los sectores, pero las expectativas laborales de los jóvenes se han visto especialmente truncadas. Las cifras publicadas por UGT Navarra así lo demuestran. El sindicato estima que el 51,2 % del empleo destruido en Navarra en el primer semestre del año, unos 8.300 puestos de trabajo, corresponde a jóvenes de entre 16 y 34 años.

Ante este escenario, Sánchez se plantea cómo apostar por la motivación sin negar la realidad: “No quiero subestimar la dificultad del momento. Pero, por la parte que nos toca, tenemos la responsabilidad de intentar movernos por los sectores que se abren”. Vera, por su parte, vaticina que las oportunidades del futuro estarán relacionadas con la brecha digital y la conciliación laboral como herramientas para mejorar el teletrabajo. En tiempos de confinamiento, “se ha visto la importancia de la adaptabilidad y de la flexibilidad”, puntualiza Vizmanos. Y estos aspectos pueden convertirse en una ventaja para los jóvenes: “A nosotras nos cuesta menos que a nuestros padres jugar con esas normas nuevas”.

Andrea Sánchez: 
“No quiero subestimar la dificultad del momento. Pero tenemos la responsabilidad de intentar movernos por los sectores que se abren”.

En estas circunstancias, ser joven y mujer añade un plus de dificultad. En agosto, Acción contra el Hambre situó a este colectivo como el más afectado laboralmente por la crisis del Covid-19. Y según el Instituto de la Mujer, esta vulnerabilidad se debe a que “los sectores económicos más afectados por la pandemia, como el comercio, la educación, la moda, el turismo y la hostelería, están altamente feminizados”. En este sentido, Vizmanos se sorprende ante la discordancia entre los datos y su realidad personal: “Nunca he sentido que me echaran para atrás por ser chica”. Sánchez coincide con esta visión, pero la matiza. “Las tres sabemos que somos privilegiadas por no habernos sentido oprimidas en los entornos académico y laboral”.


MÁS REPRESENTACIÓN FEMENINA

Curiosamente, la primera edición del ‘Xirimiri Lab’ tuvo mayor presencia femenina que masculina. En concreto, participaron siete chicas y tres chicos, todos entre los 18 y los 21 años. Vizmanos, Sánchez y Vera se apresuran a aclarar que esta diferencia no se debe a una estrategia diseñada para “forzar” que hubiese más representación femenina. Recibieron 31 solicitudes para las diez plazas que ofertaban y, desde el principio, se postularon más mujeres que hombres. “Quizás, por el hecho de ser tres chicas, causamos un efecto espejo o ellas sintieron que necesitaban más la formación, pero no lo sabemos”, argumenta Vera. En todo caso, el formulario de preguntas que respondieron quienes querían participar en las jornadas fue un filtro “tremendo”. Valoraron, entre otros aspectos, que los postulantes se comprometieran a acudir a todas las jornadas de formación, que tuviesen “pensamiento crítico” y que fuesen “proactivos”.

Las tres jóvenes, todas de menos de 22 años, destacan que Navarra tiene ‘startups’ “súper punteras”.

Paula Vera: 
No se trata de decir que hay que quedarse en Pamplona, porque tanto Andrea como yo estudiamos en Madrid. Pero sí queremos potenciar lo nuestro”.

Precisamente, la proactividad es uno de los rasgos propios de los jóvenes navarros que emigran en busca de mejores oportunidades laborales. La fuga de talento en Navarra, un problema que nadie ha frenado hasta ahora, suponía una válvula de escape para aquellos jóvenes que vislumbraban el extranjero como un escenario para crecer profesionalmente y mantener un empleo estable. La recesión económica a nivel mundial, sin embargo, merma y mucho esta posibilidad. Una alternativa, según Vizmanos, pasa por potenciar las oportunidades que ofrece la Comunidad foral: “Navarra se asocia con tradición rural, pero aquí hay ‘startups’ súper punteras”.

Por eso, entre los planes que barajan está promover visitas a diferentes empresas navarras, que esperan comenzar en octubre. “No se trata de decir que hay que quedarse en Pamplona, porque tanto Andrea como yo estudiamos en Madrid. Pero sí queremos potenciar lo nuestro”, remata Vera…