06. ‘Buurtzorg’, la ‘Movida’ de los ’80 y algunos primeros Valores ‘del mundo ámbar tirando a verde’
“Toda persona está dispuesta a creer aquello que le gustaría que fuera cierto…”
(Sir Francis Bacon, filósofo, político, abogado y escritor inglés, padre del empirismo filosófico y científico)
Si hay un ejemplo de organización TEAL que emociona y anima a creer posible una utopía organizacional, ésa es la neerlandesa ‘Buurtzorg’ que Frederic Laloux radiografía en su libro “Reinventar las Organizaciones”.
Desde el S. XVII, la sociedad en Holanda cuenta con un tradicional sistema de asistencia a domicilio, que atiende a personas enfermas fuera de los centros de salud. Con el tiempo ha ido evolucionando hasta convertirse en un referente internacional; cuenta con más de 10.000 profesionales, cuyo principal éxito ha sido protagonizado por las propias enfermeras y enfermeros que visitan cada uno de los hogares y pacientes..
En los años ‘80, las autoridades sanitarias implementaron un plan estratégico orientado a reducir el coste económico de estos servicios; cara a la sociedad, una iniciativa totalmente responsable a priori, ¿cierto? …Para ello, agrupó al personal en una gran entidad que aplicaría la lógica economía de escala; lógica desde el punto de vista científico/industrial Naranja (Empresas jerarquizadas y basadas en meritocracia), como explica el bético Javier Martín de Agar Tirado en su blog “Mamá, qué es Scrum”, autor entre otras publicaciones de «Me mola Scrum, ¡pero que lo haga otro!».
Hasta aquí todo bien.
La eficiencia se fue instalando exitosamente en el sistema, mediante nuevas decisiones y medidas que optimizaban los procedimientos a través de competentes mecanismos de control. El problema es que la estrategia y sus tácticas fueron diseñadas y ejecutadas por personal directivo y en diferentes capas jerárquicas que dominaban los Diagramas de Gantt pero, desconocían realmente las necesidades de las personas a las que se dirigía el servicio.
Eficiencia y Eficacia. Lógica y Sentido Común.
Las personas enfermas comenzaron a recibir profesionales diferentes, lo cual obligaba a relatar sus problemas nuevamente en cada cita: Tedioso. Se trataba además de visitas relámpago, pues cada profesional debía cumplir un determinado número de atenciones diarias.
El tedio también afectaba a las personas asistentes, pues el sistema no satisfacía las vocaciones, inquietudes y expectativas; sabían que necesitaban un sistema quizá menos eficiente y lógico pero, más eficaz y lisonjero para sus pacientes.
En su libro, Laloux reunió testimonios de profesionales que sufrían todo ello con la impotencia de saber que otras fórmulas igual de eficientes podrían además resultar eficaces pero, colocando la lógica y el sentido común en el epicentro de las personas.
Merece la pena conocer la totalidad del proceso que revolucionó ‘Buurtzorg’, organización creada en 2006 por Jos de Blok junto a cuatro enfermeras y que hoy cuenta con más de 10.000 profesionales; es emocionante ponerse en el papel de la persona enferma y comprender que gran parte de su terapia se resuelve con empatía, dedicación y cariño, lo cual además ahorra enorme costes en medicinas y otros gastos innecesarios a las cuentas públicas. Y me pone la piel de gallina imaginar como las enfermeras y enfermeros de ‘Buurtzorg’ son capaces de dinamizar al propio vecindario a favor de sus pacientes, generando con ello una Comunidad Real y Activa en el entorno más inmediato.
Te propongo que lo leas, lo disfrutes, y saques tus propias conclusiones.
Éstas son algunas de las mías:
– Cuando el objetivo clave es mejorar la calidad de vida de las personas, son también las personas quienes deben definir las claves de la calidad en su desempeño.
– No se trata de cambiar y establecer reglas, sino de encontrar ‘un buen propósito compartido, compartible y compatible’:
El Bien Común es elemento base de la autogestión; los pequeños grandes éxitos estimulan el trabajo de otros equipos y; todo ello en su perspectiva integral, es conciliable con la temida cuenta de Resultados.
– El Sentido Común es un proceso lento que requiere de gran esfuerzo y tiempo pero, aplicado en la Autogestión, consigue ‘que los equipos de trabajo trabajen en equipo’, se conviertan en un potente Agente del Cambio y, como consecuencia, la transformación resulte positiva para todas las partes.
La “Movida” de los ’80 en Euskal Herria
También durante esos años ‘80, nuestra sociedad se encontraba en punto de ebullición. Mientras el Estado aún se desperezaba del largo paradigma rojo y gualda de la dictadura, las instituciones construían sus planes sobre débiles estratos políticos y frágiles pilares que ponían razonablemente en duda cualquier apuesta de estabilidad y futuro.
La crisis económica causaba sus primeros estragos en Euskal Herria; el cierre y la deslocalización de algunas de las grandes compañías, azotaba a miles de familias y arrastraba a otras tantas pequeñas empresas y talleres que sin saberlo las sustentaban. Los Altos Hornos del Gran Bilbao, por ejemplo, fueron en sus mejores días la principal empresa del Estado; del todo a la nada, la desindustrialización generaba a su paso un tétrico escenario deprimidamente ilustrado de contaminación y enormemente convulso por la hiperactividad sociopolítica, que hervía la sangre de la sociedad y también la derramaba en sus más desafortunadas y angustiosas formas.
El desolador paisaje parecía favorecer el declive del paisanaje, golpeado por unos elevadísimos niveles de desempleo y una desestructuración social importante que causaría graves estragos en gran parte de una creativa y culturalmente revolucionaria generación multiplataforma ideológica; la mejor formada hasta entonces de la historia y abrazada a ideales humanistas, abertzales, artísticos, antimilitaristas, sociales, libertarios, ecologistas, feministas,… Una juventud enganchada sin embargo al nuevo yugo de las drogas.
ADRO / GIZAKIA (Proyecto Hombre):
Mi primera ONG
Y en este singular escenario, tuve mi primera experiencia de voluntariado en una ‘Organización con Propósito’: Pedro, mi buen amigo de la adolescencia, compañero de primeras andanzas y konpartsak, había llevado su natural y joven rebeldía ‘a los pies del Caballo’ y con ello me dio -nos dio- la oportunidad de crecer un poco más como personas.
Como él, miles de jóvenes fueron objetivo de una nunca convenientemente demostrada, pero empírica idea social, de que las fuerzas de seguridad españolas contribuyeron a propagar la heroína en aquellos años con objetivos políticos, como una forma de desmovilizar a la juventud vasca y aislar/anular en gran medida su peligroso pensamiento.
Pedro fue valiente y supo tomar el control de su vida con la imprescindible ayuda de la Asociación ADRO – Fundación Gizakia y su recién importado de Roma, ‘Progetto Uomo’ (Proyecto Hombre), nacido en el seno de una organización ámbar como es la Iglesia Católica pero, con una notable inquietud por la materialización del empoderamiento personal y grupal propios del paradigma verde.
Unas pocas ‘reglas terapéuticas de juego’, junto con el acompañamiento de un magnífico plantel profesional, dinamizaba el constante y perseverante trabajo en equipo de las personas directamente beneficiarias, sus familias y amistades, pues todas éramos y somos, víctimas de sus destructivas consecuencias.
Humanismo, Responsabilidad, Generosidad, Confianza, Transparencia, Motivación y Trabajo en Equipo, Compromiso, Empatía y Honestidad, Clima de Acogimiento, Comunicación, Información, Esperanza y Solidaridad… entre otros valores que ahora son esencial base del Mundo TEAL, permanecían unidos a las duras sesiones diarias de confrontación y, también presidían las magníficas escapadas en fin de semana por La Rioja con aquellas nuevas y singulares amistades…
Desde entonces, en mi casa siempre hay una puerta abierta a la comprensión, a la profunda conversación y a las segundas, terceras y cuartas oportunidades que pese a nuestras debilidades y a veces pésimas actuaciones, todas y todos nos merecemos en la búsqueda de nuestra Plenitud.